Només el 17% dels treballadors disposa d’un pla de pensions d’ocupació (La Vanguardia)
15.02.19
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El 1,1% del tejido empresarial español dispone de mecanismos que complementan la pensión pública de sus trabajadores
XAVIER VAREA Publicado a 15-02-2019 1:24
En el marco del estado del bienestar, la protección a las personas tras dejar de formar parte de la población activa ocupa un lugar central. El sistema de pensiones de jubilación es el mecanismo de protección social frente a la contingencia de la vejez. El objetivo de todo sistema de pensiones es compensar la pérdida de ingresos que se deriva del cese de la actividad laboral por razón de la jubilación del trabajador mediante una prestación normalmente de carácter vitalicio.
Garantizar a medio y largo plazo la suficiencia de sus prestaciones y la sostenibilidad económico-financiera del sistema de pensiones, para responder de una manera más eficaz a las nuevas realidades y hacer frente a los retos que plantea el envejecimiento demográfico constituye uno de los grandes desafíos para los países europeos.
En la mayoría de países, el sistema público de pensiones es de reparto. En un sistema de reparto las pensiones de jubilación de cada generación se financian mediante las cotizaciones abonadas por las generaciones posteriores que se encuentran en el periodo de vida laboral, propiciando, por tanto, una solidaridad intergeneracional. Los sistemas públicos ofrecen prestaciones definidas que pueden ser contributivas o no contributivas. Los sistemas privados se configuran como sistemas de capitalización, es decir, las prestaciones de jubilación se obtienen a partir de las aportaciones realizadas y de las rentabilidades generadas por las mismas.
A pesar de que en el imaginario de la población, cuando hablamos de pensiones sólo pensamos en la pensión pública, los países europeos, en su gran mayoría (España entre ellos), han optado por diseñar un sistema de pensiones que descansa en tres pilares:
El primer pilar está formado por el sistema público de pensiones.Incluye prestaciones de carácter contributivo y no contributivo o ambos a la vez.
El segundo pilar incluye los regímenes privados y complementarios de carácter ocupacional o de empleo. Puede ser, según los países, de carácter obligatorio o voluntario. Se configuran como sistemas de capitalización que se financian con las contribuciones a cargo de los empleadores y las aportaciones que en su caso pueden realizar los empleados. Fundamentalmente, se instrumentaliza a través de planes de pensiones de empleo.
El tercer pilar se conforma con las cuentas individuales de ahorro previsor que generan un derecho a una pensión individual, resultado de la capitalización de las aportaciones voluntarias realizadas a título individual por las personas que optan por esta vía.
Al conjunto de actuaciones de iniciativa privada dirigidas a complementar las pensiones públicas en el marco del segundo y del tercer pilar se le conoce como previsión social complementaria.
En España, el desarrollo de la previsión social complementaria tiene todavía mucho camino por recorrer, y en especial en el segundo pilar, el que se desarrolla en el seno de las empresas.
Según los datos del INE, sólo 14.558 empresas de las 1.312.345 existentes tienen Plan de Empleo, es decir, que únicamente el 1,1% del tejido empresarial español dispone de mecanismos que contribuyan a complementar la pensión pública de sus trabajadores. Esta cifra, que a priori puede parecer alarmante, se suaviza si analizamos a cuantos trabajadores afectan los planes de empleo existentes en España, ya que en su conjunto estos planes de empleo dan cobertura 2.158.046 trabajadores de los 12.305.873 existentes, es decir que el 17,5% de los trabajadores de España cuenta con un plan de pensiones promovido por su empresa.
No obstante, si tenemos en cuenta la tipología de las empresas de nuestro país, el análisis difiere si hablamos de grandes empresas o de Pymes. En España de las más de 1.300.000 empresas existentes, el 99,7% son Pymeque dan empleo al 63% de la población, y tan sólo el 0,3% constituyen una gran empresa, a pesar de que ocupan al 37% de los trabajadores.
En las Grandes Empresas, el 15,90% tiene plan de empleo para sus trabajadores, mientras que en las Pyme este porcentaje se reduce al 1,6%. Si trasladamos estas cifras al número de trabajadores vemos que de los casi 8.000.000 de empleados por una Pyme, tan sólo 188.000 tienen plan de empleo, mientras que de los más de 4.500.000 de trabajadores de grandes empresas casi 2.000.000 son partícipes de un plan de previsión empresarial.
Para poder homologarnos a nuestros vecinos europeos es imprescindible que cuando se acometan las próximas reformas de nuestro sistema de pensiones, se aborde el problema de forma integral, y no sólo centrándonos en el primer pilar, es decir en la pensión pública. Los países de nuestro entorno han complementado las reformas del sistema de pensiones público de reparto con modificaciones legales que potencian sobretodo el segundo pilar (o incluso lo hacen cuasi obligatorio), ya que es en el seno de la empresa donde la previsión social complementaria puede tener un desarrollo de ámbito universal para los trabajadores de hoy y, por tanto, los jubilados del futuro.
Xavier Varea es director de la cátedra UB-ICEA de Seguros y Fondos de pensiones