La patronal de l’assegurança anticipa un fracàs amb els plans de pensions d’Escrivà (El Confidencial)
01.07.22
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El proyecto fue aprobado esta semana en el Senado. Aún faltan detalles por conocer en el futuro reglamento, y Unespa cree que faltan incentivos fiscales
El Senado aprobó esta semana la ley de fomento de los planes de pensiones de empleo, una de las grandes propuestas de Escrivá en la legislatura, con su intención de mover ahorro desde los planes individuales hacia los colectivos. Para ello, el Gobierno ha reducido desde 8.000 euros a 1.500 euros la aportación máxima deducible anual en la vía individual y ha aumentado a 8.500 euros la deducción máxima en planes de empleo. Con la nueva ley, el Ministerio de Seguridad Social quiere incentivar la creación de planes de pensiones a través de la negociación colectiva, con aportaciones de las empresas y de los trabajadores, y lanzará una plataforma tecnológica para planes simplificados.
“Llevamos como sistema de pensiones y regulación de ahorro colectivo vinculado a la negociación colectiva tres décadas, y los elementos del proyecto de ley, ya han estado insertos en estos 30 años, los hemos tenido en vigor y no produjeron los efectos deseados. Primero porque los incentivos son muy escasos, el elemento básico de debate no está resuelto y es quién soporta la financiación”, ha avisado la presidenta de la patronal de las aseguradoras, que también ha aludido a la tensión en el ámbito de la negociación colectiva.
En cualquier caso, Pilar de Frutos cree que el ahorro colectivo y el individual “no son vasos comunicantes”. “Ha sido un error pensar que el ahorro individual se va a dirigir al colectivo, y a quien de verdad perjudica es a la clase media. Sería razonable empezar de otra manera. Dejar que las cosas permanecieran como estaban en 2020, poner todos los trabajos necesarios para que esté disponible el desarrollo del segundo pilar y, entonces, adoptar decisiones del tercero. La industria va a adaptarse, incorporando nuevos productos y líneas de negocio, pero quienes no van a poder hacer esa adaptación son los propios ahorradores, para los que hay pocas posibilidades de convencernos de que es bueno ahorrar a medio y largo plazo, con un ahorro finalista. Con una aportación de 1.500 euros al año se puede obtener una pensión de 100 euros al mes”, ha añadido De Frutos.
La presidenta de Unespa también ha admitido que se está endureciendo el mercado para las empresas, con seguros más exigentes y caros porque así están modificando la oferta las reaseguradoras. Por otro lado, ha destacado la importancia de que haya una taxonomía europea para los criterios ESG (ambientales, sostenibilidad y gobernanza), por el volumen de inversión en deuda pública de las aseguradoras.
Pilar de Frutos también ha señalado que la inflación es un desafío para la rentabilidad de las aseguradoras, ya que los precios se definen con anticipación y en muchos casos no se ha traslado el incremento de los costes al cliente. Por otro lado, ha anticipado que podría haber más apetito por productos de ahorro garantizados tradicionales del mundo asegurador ante el ciclo de subidas de tipos que empieza este año.
Huertas, por su parte, también ha destacado el reto de la inflación y ha pedido que haya un esfuerzo por alcanzar acuerdos entre sindicatos y patronal buscando un equilibrio entre mejorar las condiciones de los trabajadores sin penalizar a las empresas. Sobre el efecto en los seguros, “No estamos acostumbrados a ver estas tarifas, tenemos que mejorar en la tarificación, que viene por los costes que subyacen. En los seguros de no vida hay procesos de gestión que implican a muchos jugadores y estructuras logísticas para resolver problemas en empresa, hogar, coche, salud… tenemos que gestionar en diálogo constante con las empresas proveedoras qué nivel de costes podemos asumir y una parte se deberá trasladar a los precios“.