Estàs infraassegurat? A quins riscos t’exposes? (La Vanguardia)
21.05.21
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Muchos asegurados descubren, con sorpresa y sin margen para corregir, las consecuencias de no establecer en la póliza el valor real
El seguro nos protege ante situaciones de riesgo que pueden afectar a la economía o al bienestar de las personas, empresas o instituciones aseguradas. Sin embargo, no basta con suscribir un seguro y pagar la prima correspondiente para poder estar tranquilos. Es imprescindible que el seguro esté bien hecho y los capitales asegurados se ajusten al valor real de los bienes o servicios a los que brindan cobertura. Si no es así, por defecto o por exceso, podría decirse que estaremos mal asegurados y las consecuencias puede llegar a ser dramáticas.
El peligro más frecuente es el infraseguro, que se produce cuando aseguramos por un valor inferior al real. Esta situación, de entrada, permitirá que la prima que paguemos sea más baja. Por esta razón, en momentos de crisis económica, como el que estamos viviendo, es el caldo de cultivo ideal para que aumente ese mal aseguramiento. El infraseguro está presente en todo tipo de seguros, desde las pólizas de hogar a las de construcción o riesgos industriales, por citar algunos ejemplos.
¿Qué peligro corremos si estamos infrasegurados? El problema aparece cuando tenemos un siniestro y la destrucción no es total. Veamos un ejemplo. Uno de los casos más habituales tiene que ver con el seguro del hogar, más concretamente con el contenido. Es decir, todos los objetos que tenemos dentro de las paredes de nuestra vivienda. Imaginemos que los aseguramos por valor de 30.000 euros, aunque, en realidad, su valor real es de 60.000 euros.
Si se produce un robo o un incendio, y sufrimos pérdidas por valor de 20.000 euros, el perito de la aseguradora detectará la diferencia entre el valor asegurado y el real la compañía y aplicará la regla de proporcionalidad. En este caso, calculará la diferencia entre el valor asegurado total y el valor real de todo el contenido, que es justo la mitad. Por lo tanto, la aseguradora solo abonará la mitad de las pérdidas que hemos sufrido: 10.000 euros.
¿Qué lógica se sigue para tomar semejante decisión? Pues la compañía estima que sólo hemos querido asegurar la mitad del valor y que, por decirlo de algún modo, nosotros asumimos el resto del riesgo. Por lo tanto, en el momento de indemnizar, se aplicará ese mismo principio: la compañía pagará la mitad, ya que hemos asegurado la mitad del valor real de cada objeto.
La importancia del asesoramiento
La clave del seguro a primer riesgo
Francesc Santasusana, corredor de seguros y presidente del Col·legi de Mediadors d’Assegurances de Barcelona, asegura que la manera de evitar problemas “es asegurar siempre por el valor real”. Sin embargo, no son pocas las ocasiones en las que el cliente decide asumir el riesgo y asegurar por un capital más bajo para evitar que se dispare el precio del seguro. En esos casos, “el mediador debe informar a su cliente del riesgo que corre, y tratar de reducir al máximo los posibles efectos negativos qué pueden producirse”, asegura Santasusana.
La alternativa para Santasusana es “indicar en la póliza que el capital asegurado es a primer riesgo y, de este modo, la compañía siempre se hará cargo de las indemnizaciones hasta esa cantidad, dejando sin efecto el aplicar la regla proporcionalidad en caso de infraseguro”. El coste de la prima será un poco más elevado, pero los beneficios para el cliente en caso de siniestro lo justifican sobradamente. “El asesoramiento profesional en el momento de la contratación marca la diferencia cuando se produce un siniestro”, concluye el presidente de los mediadores barceloneses.
Otro ejemplo de seguro mal hecho es el sobreseguro que se produce cuando el valor asegurado supera el valor real. No tiene ningún sentido ya que, como recuerda Santasusana, “el seguro sirve para reponer una pérdida, pero no puede ser una manera de lucrase”. En el mejor de lo casos, si en el momento del siniestro la compañía detecta un caso de sobreseguro, solo nos indemnizará por el valor real sin hacer caso de los capitales que figuran en la póliza.
Si aseguramos un mismo riesgo con varias compañías debemos advertirlo y, en cualquier caso, las aseguradoras acordarán que la indemnización abonada en conjunto no supere el valor de reposición.
La única excepción son los seguros de vida y accidentes. En ese caso, “podemos contratar todas las pólizas que queramos, ya que nadie puede determinar cual es el valor de una persona”, explica Santasusana. En estos siniestros, todas las compañías abonarán el capital previsto en las pólizas correspondientes.