Las pandemias no son asegurables (Grupo Seguros Generales)
20.11.20
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Pilar González de Frutos, preside la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa), explica por qué las pandemias no son asegurables. Explica que la España atraviesa por una crisis muy fuerte y la economía está completamente desestabilizada.
En este sentido, la actividad aseguradora es de hecho, completamente dependiente tanto de la actividad económica como de las rentas familiares. Sin embargo, el comportamiento del sector indica que ha aguantado en forma aceptable el impacto de la pandemia, tal como se ha comportado en situaciones similares, ocurridas con anterioridad.
En especial, en la crisis financiera derivada en crisis económica en el período 2008 – 2015. Cuando la actividad aseguradora se mantuvo boyante, aguantando la situación. Se afectó sin duda la facturación, pero el sector continuó enfocado en su objetivo, captar riesgos y gestionarlos de la mejor manera.
Hasta la fecha, concretamente al 30 de septiembre, la contracción sufrida en la facturación fue del 10 al 12%. Con una influencia destacada de los seguros de vida ahorro. Pues los clientes debido a la situación que atraviesa el país, prefieren no comprometer sus ahorros, a mediano o largo plazo con intereses tan bajos como los actuales.
El seguro de salud no cubre los daños derivados de la pandemia
De ninguna forma es posible asegurar las pandemias. Pues la función del seguro es mutualizar el riesgo. Es viable tomar algunas medidas para aminorar los daños ocasionados por el impacto de la pandemia, pero definitivamente no es asegurable.
Desde el primer día en que se declaró el estado de crisis y la pandemia, las empresas aseguradoras, a pesar de que el seguro de salud no cubre de ninguna manera los daños ocasionados por la pandemia, dieron un paso al frente, en apoyo a la situación reinante.
De esta forma garantizaron a todos sus clientes que recibirían la misma atención como si la pandemia estuviera cubierta por el seguro.
Sin embargo, es importante que quede claro que una empresa aseguradora no tiene la capacidad para valorar la gestión de las consecuencias derivadas de la COVID-19, ni de ninguna otra pandemia.
Esto se debe a que no es posible valorar las consecuencias en forma individual, es necesario valorar el grado de afección y la capacidad para distribuir el monto total de los daños que pueda sufrir una persona, entre las demás personas que dispongan la misma cobertura. Y este es un trabajo difícil, pues hay una alta probabilidad que sufran todos a la vez.
Por otra parte, las pandemias son eventos que no ocurren con mucha frecuencia, pero cuando se presentan la intensidad de los daños es muy alta. Eso dificulta en gran medida, el manejo estadístico de estas situaciones, lo cual es la base para establecer un precio que se ajuste y que sea suficiente para garantizar una cobertura de esta magnitud y naturaleza.
En este sentido se está realizando una investigación entre los países europeos, para ver la forma posible para compensar los daños causados por el impacto de la pandemia. El cual ocasionó la paralización de negocios, a consecuencia de una decisión pública de declarar la pandemia.
La pandemia es una situación compleja de analizar
La pandemia es una situación compleja de analizar, porque la paralización de los negocios por lo general se presenta debido a daños físicos. A causa de un incendio, por ejemplo. En este caso se cubre el daño directo ocasionado al establecimiento y también el ocasionado por la paralización del negocio.
Además de cubrir lo que se deja de facturar durante el tiempo que permanezca cerrado o el negocio se restablezca. Siempre se cubren las consecuencias vinculadas a un daño material directo.
Sin embargo, hay otros países en Europa, con productos que cubren la paralización de negocios sin que sea necesario que estén vinculados a un daño físico directo. Lo que ha ocasionado un debate que ha acelerado el análisis de lo que es posible hacer en el caso de una pandemia.
Por su parte, el sector asegurador dispone de conocimiento sobre el tema de seguros, capilaridad, capacidad de gestión y algún tipo de cobertura limitada de financiación. Pero será necesario contar con el apoyo público privado. Ya se ha estudiado y analizado mucho al respecto y se tienen avances, que es necesario discutir con los reguladores de seguros.