Impacto de la sentencia del Supremo en D&O: “Nadie vende duros a pesetas” (Seguros News)
01.03.19
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Redacción 26 de febrero de 2019
Por Ignacio González Rivera, socio de Life Abogados
Según la reciente Sentencia del Tribunal Supremo de fecha 29 de enero de 2019, el seguro de RC debe cubrir las deudas tributarias contraídas por los administradores de una sociedad, en la medida en que éstas no pueden excluirse por formar parte del ámbito natural de un contrato de seguro de responsabilidad de administradores y directivos, que no es otro que el de proteger su patrimonio personal frente a reclamaciones derivadas de actos incorrectos en su gestión societaria.
Esta Sentencia sí admite la posibilidad de que el contrato de seguro excluya la responsabilidad por deudas tributarias, eso sí, siempre y cuando la exclusión de esta cobertura se haya incluido expresamente en las condiciones particulares de la póliza y haya sido, por tanto, previamente aceptada y firmada por el asegurado.
Esta Sentencia es una buena noticia para el propio sector asegurador, puesto que una agresiva y competitiva comercialización de este Seguropor parte de algunas compañías había alcanzado cotas ridículas tanto en precio como en cobertura. Así pues, era preciso dignificar este Seguro, dado que protege el patrimonio de los directivos.
En cualquier caso, hay que tomar en consideración que los Administradores y Directivos están, cada día, más expuestos a riesgos de diferente naturaleza (ámbito societario –delitos societarios, administración desleal, inversiones erróneas, sobreprecios, pasividad en la gestión, gestión que deriva en insolvencia-, fiscal, laboral, acreedores, trabajadores, etc.), y el Seguro de D&O (Administradores y Directivos) viene a completar el mapa de seguros que toda Compañía debe conocer y contratar (como tomadora, y para su equipo gestor).
Este seguro debe incluir todas las coberturas propias de los riesgos que asume un Administrador o Directivo, por lo que no puede, ni debe, ser un seguro barato. Tampoco tiene sentido que su cotización sea igual o parecida en una empresa de un sector industrial que en otra de un sector de servicios; o que el precio sea similar para una empresa auditada o no; o que tampoco importe si la compañía tiene implantados procesos de calidad y control en la gestión o instaurado un Plan de Prevención Penal. De ahí que las compañías de Seguros deban auditar el riesgo y premiar a aquellas empresas que vengan demostrando un alto estándar de calidad en la gestión y control, ya que es en estas empresas, precisamente, en las que sí que merece la pena una agresiva y competitiva comercialización del seguro de D&O.
En los próximos meses las compañías de Seguros supervisarán todas las pólizas vigentes de D&O con el fin de revisar el riesgo y renegociar las condiciones para las sucesivas renovaciones (excluyendo adecuadamente cualquier cobertura, mediante su inclusión en las condiciones particulares y la firma por el asegurado). Será en estos momentos cuando muchas empresas (y sus Administradores y Directivos) tendrán que ser conscientes de que no pueden venderse duros a pesetas; algo que se sabe desde la época del trueque. Un razonamiento banal, sí, que corrobora que una póliza de 10.000 euros ofrecerá mayores garantías en la cobertura de riesgos que una de 1.000 euros, el presupuesto medio de muchos de los seguros que contratan los administradores y directivos de las empresas para blindarse frente a posibles responsabilidades que pudieran derivarse de sus quehaceres diarios.
En cualquier caso, aún son pocos los directivos que contratan estas pólizas de seguro D&O, sobre todo en las pequeñas empresas, donde la falta de recursos económicos podría constituir un impedimento. A ello se añade, con frecuencia, la ignorancia por parte del administrador de los riesgos que asume, así como el sorprendente desconocimiento de la existencia de estos productos.
Sin embargo, en las grandes empresas estas pólizas son cada día más habituales, máxime en las compañías cotizadas, donde las responsabilidades de los administradores y directivos se incrementan exponencialmente.
En todo caso, ningún Administrador o Directivo debe creerse jamás que un seguro de D&O es la quintaesencia de la seguridad o una fórmula magistral que elimina cualquier riesgo. Debe ser vista siempre como un “a más a más”, sobre la base de que lo que elimina los riesgos personales que puede sufrir un Administrador o Directivo es una adecuada gestión, la implantación de sistemas de control y, sobre todo, un conocimiento suficiente de sus obligaciones y responsabilidades. No puede esperarse que un seguro pueda ser capaz de sustituir o suplir las responsabilidades de un Administrador o Directivo, derivadas del incumplimiento de las más elementales normas de gestión y administración de un negocio.