El teletrabajo sorprende, las plantillas reclaman flexibilidad y los ciberdelincuentes acechan (La Vanguardia)
24.04.20
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Los especialistas indican que las aseguradoras no están obsesionadas con la reducción de costes, sino con la optimización a través de una transformación que les permita emplear todos los recursos disponibles en tareas productivas
El sector asegurador español es un actor económico de gran solvencia y con un enorme músculo financiero con el que lidiar estar profunda crisis generada por la pandemia en todo el mundo. Sin embargo, cabe la pregunta clave: ¿Está seguro el Seguro?
En este segundo capítulo que La Vanguardia-Vivo Seguro dedica al impacto del estado de alarma en el conjunto de la economía nacional, analizamos su repercusión en el aspecto Organizativo del sector.
En global, este sector impulsa alrededor de 580.000 puestos de trabajo inducidos, de los cuales alrededor de 50.000 puestos de manera directa. Con una antigüedad media de 13,5 años en el puesto de trabajo, el Seguro se considera proveedor de empleo de calidad.
Según el análisis del último informe de la consultora Deloitte radiografiando el Seguro ante la trascendencia del Covid-19, y a pesar de todos los esfuerzos, el teletrabajo dificulta la gestión interna de las entidades. La situación actual muestra la necesidad de cambios organizativos importantes para mejorar teletrabajo, reducir las jornadas laborales y adaptarse a la conciliación familiar. Para los expertos, aumenta la vulnerabilidad de las compañías al potenciar el trabajo a través de las redes.
Vía correo electrónico, como no puede ser de otra manera, para analizar los cambios Organizativos que está sufriendo el trabajo en esta etapa de la pandemia, entrevistamos a María Trejo, asociada senior del área fiscal de seguros de Deloitte.
¿Qué papel tiene la Dirección y el Consejo de Administración de las compañías aseguradoras ante la crisis del Covid-19?
La crisis provocada por el Covid-19 representa un reto extraordinario en cuanto a la gestión de las compañías, y el sector asegurador no es una excepción. Decisiones tan trascendentales como la supervivencia de la compañía, el desarrollo de planes de contingencia y la continuidad del negocio en el nuevo entorno deben ser abordados sin dilación, teniendo como objetivo supremo el reforzamiento de la organización tras la salida de la crisis. Para ello la Dirección y los Consejos de Administración deben trabajar sin descanso y anticipar cuantos problemas se vislumbren para afrontar sus soluciones. Si bien es el momento de que todos los niveles de las organizaciones continúen trabajando duro, es sin duda la Alta Dirección y el Consejo quienes deben hacer valer su posición de prevalencia en la toma de decisiones estratégicas.
¿Y la comunicación y la transparencia?
La comunicación en estos momentos juega un papel fundamental y también está en sus manos. Por eso, ejemplos tales como continuar con el proceso de formulación de sus cuentas anuales. A la fecha en la que se decretó el estado de alarma, gran parte de las auditorías para la formulación de las cuentas anuales estaban muy avanzadas, razón por la que muchas de las aseguradoras han pretendido transmitir su fortaleza a accionistas o mutualistas a través de la continuidad del proceso que estaban llevando a cabo. Transmitir resultados, sobre todo cuando el ejercicio 2019 había sido un año de recuperación y con resultados aceptablemente buenos para el sector, ha sido sin duda una elección que ha pesado en los Consejos de Administración de todas las entidades que han apostado por hacerlos públicos.
¿Es cierto que todas las compañías están teletrabajando porque el sector anticipó esta situación potenciando desde hace años el desarrollo telemático de la gestión aseguradora?
La gestión de las entidades con el total de la plantilla teletrabajando, es un reto sin precedentes que ha pillado a muchas organizaciones por sorpresa y sin contar con los medios materiales necesarios o con planes de contingencias que lo previeran.
¿Cuál es el impacto en la flexibilidad laboral y la conciliación familiar?
Lo que posiblemente ha propiciado la adaptación del sector asegurador al nuevo entorno ha sido que, como sector comprometido con la sociedad que es, desde hace años busca dar respuesta a una situación reivindicada por muchos trabajadores, como es la flexibilidad laboral para apoyar la conciliación en las familias. Hay muchas empresas que son valoradas por ser empresas que promueven valores dirigidos a la conciliación, razón por la cual hace años que son pioneros en el teletrabajo y podríamos citar varios ejemplos de grandes empresas en el sector asegurador. Pero no sólo las grandes, muchas más entidades aseguradoras han apostado por el teletrabajo durante años, sin poder prever que sería tan necesario como actualmente lo es.
¿Y han descubierto que lo era?
Si bien la actividad aseguradora es una actividad calificada como esencial en el Real Decreto por el que se determinó el estado de alarma – circunstancia que supone la posibilidad de continuar con el desarrollo de su actividad de forma presencial – en la mayoría de los casos la presencia física se ha visto reducida al mínimo dada la capacidad de todos los departamentos (suscripción, prestaciones, servicios centrales, atención al asegurado, etc.) de trabajar en remoto.
¿Reducirán costes y plantillas las compañías afianzando el teletrabajo tras esta experiencia?
La reducción de costes fue el legado que nos dejó la crisis financiera de 2008, y durante años se ha trabajado en superar esta tendencia por otra más potente: la transformación organizativa. Este cambio de paradigma supone que las compañías no están obsesionadas con la reducción de costes, sino con la optimización a través de una transformación de la entidad que permita emplear todos los recursos disponibles en tareas productivas, y sin duda, afianzar el teletrabajo y la reducción de espacios físicos ya era un área sobre el que las compañías estaban intensificando sus resultados.
¿Cómo deben avanzar?
Creemos que en este momento más que nunca las entidades no deberían retrasar o abandonar los proyectos internos dedicados a la transformación y optimización, pues del resultado de estos dependerá la toma de decisiones estratégicos que promuevan cambios para la supervivencia de la organización a futuro. De lo contrario podría situar a las entidades que no acometan este viraje hace la eficiencia en una posición de debilidad frente a las compañías que se estén transformando o que ya estuvieran trabajando en entornos más eficientes.
¿Está el sector preparado para la ciber-inseguridad?
Si bien todo el entorno ciber es muy cambiante y quienes se empeñan en atacar se mueven muy rápido, el sector asegurador, por la cantidad y sensibilidad de los datos que maneja, está muy empeñado en protegerlos. Además, la distinta regulación a la que están sujetas las compañías aseguradoras así lo requiere, de manera que seguro que es un área de atención que estará siendo bien manejada por las entidades.
¿Aumentan los riesgos?
Es importante que las empresas realicen un diagnóstico acerca de su exposición al riesgo cibernético en la situación actual, ya que ahora más que nunca es importante garantizar la protección de la información y la continuidad de los sistemas en caso de verse afectados por algún ataque que aproveche las vulnerabilidades cibernéticas.