Las aseguradoras tendrán que adaptar sus pólizas a los cambios en los riesgos cotidianos en la nueva normalidad (BDS)
28.08.20
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El Covid-19 ha obligado a mucha gente a trabajar desde casa. En muchos sentidos, esto ha reducido algunos de los riesgos que cubren las aseguradoras, como por ejemplo, los relacionados con el uso del automóvil o la posibilidad de ser víctima de un robo. Sin embargo, la transición hacia el teletrabajo suscita preocupaciones en otras esferas, como la salud física y mental. En consecuencia, a medida que los riesgos cotidianos cambian, las aseguradoras tendrán que adaptar sus pólizas, según la consultora GlobalData.
«Con la gente cada vez más tiempo en casa, el riesgo de daños accidentales crece. Según estadísticas de Zurich, las reclamaciones por televisores de pantalla plana han aumentado un 22% desde que comenzó el confinamiento y los daños accidentales a los cristales aumentaron un 57%«, comenta Yasha Kuruvilla, analista de seguros de la firma.
Además, muchos hogares no tienen espacios de trabajo adecuados, lo que aumenta el riesgo de lesiones ergonómicas y posturales. Trabajar desde casa limitará las interacciones sociales, poniendo una mayor tensión en la salud mental de los empleados. La industria ya está reaccionando y ejemplo de ello es Chubb, que ha lanzado en la región de Asia-Pacífico un seguro que incluye cobertura para las lesiones posturales, así como apoyo a la salud mental.
Cambios a largo plazo
Una encuesta de GlobalData revela que cada vez más personas están dispuestas a trabajar desde casa, ya sea a tiempo completo o parcialmente. Con una proporción tan grande de personas, parece que los cambios en los riesgos se mantendrán a largo plazo.
«Una vez que se aclaren los riesgos asociados con el trabajo a distancia, más aseguradoras lanzarán productos para atender a este grupo creciente de personas, de modo que las empresas puedan mantener a sus empleados sanos y bien protegidos. Las primas de los seguros de hogar también se verán afectadas. Sin embargo, las aseguradoras necesitarán más datos para determinar si la disminución del coste de los robos o de las fugas de agua supera el aumento de los gastos de los accidentes domésticos», concluye Kuruvilla.