Mano, ojos, pechos, labios, pierna… ¿se puede asegurar una parte del cuerpo? (20 minutos)
10.07.20
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Lo más habitual es que sean famosos de distintos ámbitos quienes aseguren aquellas partes de su cuerpo que, en caso de producirse un accidente o daño, afecten directamente al desarrollo de su profesión. Un futbolista como Cristiano Ronaldo tiene aseguradas sus piernas por más de 100 millones de euros, Cantantes como Bruce Springsteen o Rod Stewart aseguraron su voz por 6 millones de euros, Jennifer López tiene asegurado su trasero. Pamela Anderson o Mariah Carey aseguraron sus pechos, Angelina Jolie sus labios, Miley Cyrus su lengua o incluso hay quien asegura su melena, como Jennifer Aniston.
Aunque la mayoría de los usuarios de seguros no lo saben, si tienen una póliza de seguro de accidentes personales es muy probable que disponga de un capital de incapacidad permanente vinculada a un baremo. ¿Y eso qué es? Pues una tabla donde se informan diferentes porcentajes a aplicar sobre un capital máximo en función de pérdidas anatómicas o funcionales parciales a consecuencia de un accidente.
Así, por utilizar un ejemplo de un contrato muy habitual en España, una epilepsia sobrevenida por accidente cobraría el 60% del capital asegurado, la pérdida de un ojo o de la visión de este supondría un 25%, la pérdida total del olfato un 5%, la amputación del pulgar un 20% y así hasta una paraplejia que representaría el derecho a cobrar el 100%.
En los seguros de vida, por el contrario, se suele asegurar la incapacidad permanente absoluta que es aquella que nos incapacita para cualquier trabajo si bien en circuitos profesionales (corredores) puede hallarse otra incapacidad que es la «total» y que puede en ciertos supuestos servir para resolver las necesidades de personas que requieren una cierta parte de su cuerpo para desarrollar su actividad.
¿Imaginamos a un cirujano con párkinson o a un músico con atrofia degenerativa de los nervios de sus manos? Si vamos más allá en el terreno de la especialización podemos hallar soluciones diferentes y muy enfocadas capaces de resolver necesidades curiosas como, por ejemplo, asegurar las nalgas de una actriz o el sentido del gusto y olfato de un catador de café, entre otras muchas soluciones especializadas.
¿Quiénes y por qué motivos suelen asegurar una parte de su cuerpo?
Cuando alguien busca un seguro con un enfoque láser en una cierta parte de su cuerpo se debe a que tiene una elevada dependencia económica de la continuidad de dicha funcionalidad o estado.
Una actriz que asegura específicamente sus nalgas teme que un evento degenerativo o accidental acabe con lo que considera su elemento diferencial en el mercado artístico en el que compite; puede que intente proteger los ingresos en el caso de que esa fuente de negocio desaparezca o que pretenda asegurarse un flujo monetario capaz de «restaurar» mediante cirugía estética su fuente de negocio si es reparable.
Quien asegura su olfato y su gusto porque es el catador de café mejor cotizado del mundo sabe que puede perder un ojo o una mano y seguirá siendo el mejor en su especialidad pero todo va a cambiar si pierde sus habilidades físicas que dependen de dos sentidos. Los motivos pueden ser dispares pero, en general, tienen por objeto o compensar una pérdida o adquirir recursos con que intentar volver a la situación previa mediante cirugía.
¿Cuánto puede costar asegurar una parte del cuerpo?
Puede costar muy poco, como sucede con los seguros de accidentes personales, accesibles a cualquier usuario con recursos mínimos. O puede costar cientos de miles de euros, si hablamos de respuestas muy especializadas con capitales enormes que protegen a personas que pueden tener riesgos muy distintos por lo que es necesario comprender que en esta materia el seguro hace trajes a medida de cada necesidad.
¿Qué entresijos legales se puede encontrar una persona que quiere asegurar una parte de su cuerpo?
Como en todo seguro debe haber una cierta relación entre el riesgo que se pretende asegurar y el riesgo que soporta la persona. Si Dave Roberts, catador de café británico, aseguró su olfato en 2 millones de libras es porque se gana muy bien la vida con ello y permite a su empresa ganar cantidades enormes de dinero seleccionando para ella el mejor grano pero ese seguro sería completamente imposible de contratar por mí por más que me gusten ciertos cafés y descarte otros.
Simplemente no tengo una dependencia económica y, por tanto, no existe interés asegurable en mí. Por lo demás, se tratará de una incapacidad como otra cualquiera si bien dudo mucho que la Seguridad Social entienda del mismo modo el problema. Si fuera el asesor de Dave le recomendaría contratar una cantidad suficiente para retirarse sin depender de lo que diga la Seguridad Social pues para él se habría acabado su actividad profesional especializada.
¿Qué riesgos económicos puede tener asegurar una parte del cuerpo?
Evidentemente quien asegura una parte de su cuerpo es porque depende de un modo relevante de la misma para obtener sus ingresos. Por ello considero que el riesgo económico, en tales casos, lo corre quien no asegura su fuente de negocio. Además, requiere un análisis profundo y realista porque no se trata de pedir cualquier cantidad, a lo loco: hablamos de un tema que es irreversible y por ello la calidad de la solución condicionará la calidad de vida de esa persona para el resto de sus días, si llega a materializarse el riesgo que la amenaza.
Conozco a una mujer que es funcionaria de la Administración; antaño fue concertista de piano internacional pero una lesión en una mano la apartó por completo de su instrumento; no había previsto que eso fuera a sucederle. Un seguro podría haberle cambiado la vida para siempre a mejor.