Quins són els sectors més i menys afectats laboralment per la crisi del coronavirus (Expansión)
08.05.20
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Hostelería, confección de ropa, juegos de azar, actividades deportivas y artísticas, agencias de viaje, venta y reparación de vehículos y fabricación de muebles sufren la mayor pérdida de empleo.
El coronavirus ha tenido un fuerte impacto sobre la economía, hasta el punto de que apenas dos semanas de confinamiento en marzo han restado un 5,2% del PIB entre enero y marzo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, y la Comisión Europea anticipa un desplome mucho mayor para el segundo trimestre, del 14%.
Sin embargo, donde más claramente se pone de manifiesto el impacto de la pandemia en España es en el mercado laboral, donde ya se contabilizan 5,5 millones de empleos afectados, si se suma la caída en la afiliación, los trabajadores en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) y los autónomos que han sufrido una drástica caída de ingresos. Y hay amplias diferencias entre el golpe en unos sectores y en otros, hasta el punto de que el impacto en la hostelería, la confección textil, los juegos de azar y las actividades deportivas triplica el del resto del mercado laboral, con descensos de la actividad real de entre el 80% y el 90%.
En concreto, los servicios de restauración son los más perjudicados por la nueva situación, ya que entre el 12 de marzo y el 30 de abril más del 90% de sus trabajadores han dejado de trabajar activamente, una proporción similar a la de los ocupados en la confección textil, de acuerdo con los datos del Ministerio de Seguridad Social. Sin embargo, la mayoría de ellos no han perdido su empleo, ya que la mayor parte de los empresarios han recurrido a otros remedios, como los ERTE. En concreto, el 12% de los trabajadores en bares y restaurantes ha perdido su puesto de trabajo, mientras que el 62% se encuentra en una reducción o suspensión de empleo. Por último, el 20% de los afiliados se ha acogido a la prestación extraordinaria para autónomos, a la que sólo se puede acceder con una caída de la facturación del 75%, lo que pone de manifiesto el desplome de la actividad laboral en el sector. Y esta reducción de la actividad entre los trabajadores por cuenta propia se pone de manifiesto especialmente en la confección de prendas de vestir, donde prácticamente la mitad de la masa laboral se ha acogido a la prestación.
Estos descensos van seguidos de las actividades de juegos de azar y apuestas, los servicios de alojamiento, las actividades deportivas, los servicios personales, las agencias de viajes, la venta y reparación de vehículos, las actividades artísticas y la fabricación de muebles, que acusan todas ellas un descenso de la actividad laboral de entre el 55% y el 86%. Todo ello pone el foco sobre los sectores más penalizados por el confinamiento, lo que incluye la hostelería, que tuvo que cerrar sus locales a excepción de la entrega a domicilio o el caso de la restauración dentro de otras empresas, los hoteles, las competiciones deportivas (y, por lo tanto, las apuestas) o la comercialización de determinados servicios, como es el caso de las agencias de viajes, que también han notado un descenso de la actividad online por la gran incertidumbre del sector de cara a los próximos meses.
Destrucción de empleo
Sin embargo, conviene diferenciar, ya que son las actividades deportivas y las artísticas las que han destruido más empleo, mientras que otros sectores han recurrido en mayor medida a reducciones de empleo. De hecho, las actividades que más han notado una caída de la afiliación no figuran en este ránking. Por ejemplo, la afiliación a la Seguridad Social entre las actividades relacionadas con empleo (agencias, por ejemplo), ha caído un 38%, muy lejos de las cifras de otros sectores, seguida de las actividades de cine, radio y televisión (15%), las actividades artísticas (14%), las deportivas o la construcción de edificios (12% en ambos casos).
En cambio, los ERTE han sido más utilizados en los servicios de alojamiento (el 75% de los afiliados están en esta situación), seguidos de los juegos de azar, la pesca y los servicios de comidas y bebidas; y la prestación extraordinaria para autónomos, en la confección textil (51%), seguida del transporte marítimo, los servicios personales y la industria maderera.
Todo ello ha provocado que el número de trabajadores afectados por la pérdida de empleo o por la reducción de sus ingresos se eleve a más de 5,5 millones de ocupados lo que, sumado a los más de 200.000 trabajadores de baja por coronavirus de media a lo largo del último mes y medio, suponen un impacto tremendo sobre el mercado laboral. Así, casi una tercera parte de los trabajadores ha parado en cierta medida su actividad laboral, incluyendo a aquéllos que han perdido su empleo (945.600 afiliados a la Seguridad Social desde mediados de abril), los que han sufrido un ERTE (3.386.800 trabajadores, de los que cerca de tres millones de ERTE han sido de suspensión total del empleo y el resto, parcial) y los autónomos con graves caídas de ingresos (1.187.400, aunque muchos otros padecen fuertes caídas de sus ingresos que no llegan al 75%).
RESTAURANTES Y TEXTIL PIERDEN EL 90% DEL EMPLEO
El impacto de la crisis desatada por el coronavirus sobre el mercado laboral ha incidido de forma muy diferente entre los distintos sectores. Mientras que los servicios de restauración y la confección de ropa se han visto muy castigados por el cierre de establecimientos y el confinamiento, con más del 90% de los trabajadores afectados (entre la caída de la afiliación, los ERTE y los autónomos en prestación extraordinaria por caída de la actividad). Esto contrasta con otras actividades donde el impacto ha sido más leve, llegando incluso a ganar cotizantes a la Seguridad Social, como es el caso de la asistencia en residencias o de la extracción de petróleo y gas, si bien es cierto que en este último caso ha habido más trabajadores afectados por ERTE. Continúan la lista otras áreas cuya demanda se mantiene o incluso se eleva durante el confinamiento, como es el caso de la fabricación de productos farmacéuticos, la depuración y distribución de agua o la agricultura. De hecho, este último sector podía haber mantenido el empleo, pero se ha visto penalizado por la dificultar para operar estos meses por la falta de inmigrantes para la recogida de la fruta.
La mitad de la caída, entre los menores de 35
Si la crisis ha impactado de forma muy distinta entre los distintos sectores de la economía, también lo ha hecho según la edad de los trabajadores, hasta el punto de que la mitad de la destrucción de empleo (sin contar ERTE) se concentra entre los menores de 35 años, mientras que los mayores de 64 años han experimentado incluso un aumento de la contratación, de acuerdo con los datos del Ministerio de Seguridad Social.
En concreto, los menores de 20 años son los más afectados, debido a la precariedad y a la corta duración de muchos de sus contratos. De hecho, uno de cada cuatro perdió su empleo entre el 12 de marzo y el 30 de abril. Este descenso se va diluyendo progresivamente conforme aumenta la edad de los trabajadores, pero el recorte sigue siendo muy acusado también entre los trabajadores de 20 a 24 años, con la destrucción del 16% de los puestos de trabajo.
Y también en términos absolutos, la mayor parte de la destrucción de la destrucción de empleo se concentra entre los jóvenes, ya que son los menores de 35 años quienes acusan la mitad de la caída de afiliación en el último mes y medio, con la pérdida de casi medio millón de empleos, pese a su relativamente escaso peso en el mercado, y también son quienes más han seguido acusando la sangría en abril, que parece detenerse para quienes tienen más de 45 años.
Esto contrasta con el mantenimiento del empleo entre los mayores de 60 y, especialmente, entre los mayores de 64 años, donde hay 3.000 afiliados más en la Seguridad Social. Aunque no hay un desglose por actividades, esto se puede deber a la reincoporación de profesionales sanitarios ya jubilados debido a la sobrecarga de trabajo producida en los últimos meses por el coronavirus.
Andalucía, la más golpeada por la crisis
El desplome de la actividad por provincias pone de manifiesto un fuerte desplome de la afiliación a la Seguridad Social en prácticamente toda Andalucía, junto con Canarias, Navarra y Alicante en marzo, seguida del litoral mediterráneo, Madrid, Castilla-La Mancha, Valladolid, Lérida, Cantabria y Pontevedra, mientras que la mayor parte de las provincias del interior y del norte lograron capear algo mejor la crisis laboral .
Aunque la caída del empleo se moderó en abril, todavía siguió registrándose una cierta destrucción de puestos de trabajo en Castellón, Valencia, Almería y la mayoría de las provincias de Galicia y Castilla y León, mientras que otras empezaron a recuperar su número de ocupados. Pese a que los incrementos son todavía muy escasos, destacan los avances de Baleares, Huelva, Murcia y Huesca, seguidos de Extremadura, Lérida o Cádiz, entre otras.