Què cobreix l’assegurança escolar? (La Vanguardia)
08.01.21
_
A pesar de la existencia de una póliza obligatoria para los alumnos a partir de 3º de ESO, tanto las AMPAS como los centros escolares y algunos proveedores contratan seguros adicionales
De entrada, los más pequeños están excluidos, ya que solo es obligatorio para los alumnos de tercero y cuarto de ESO, Formación Profesional y universitarios hasta los 28 años. También disfrutan de esta protección los estudiantes de los cursos superiores de música y danza.
El seguro obligatorio incluye coberturas para los alumnos relacionadas con accidentes, enfermedades e infortunio familiar. Este último concepto hace referencia al fallecimiento del cabeza de familia y a ruina o quiebra familiar. El propósito en ambos casos es garantizar que el alumno podrá continuar con sus estudios. No obstante, está limitado a que los ingresos familiares sean de poco más de 6.000 euros por cabeza. La póliza excluye expresamente los casos en los que la familia tiene una insuficiencia económica permanente para costear los estudios.
En el ámbito privado, existen pólizas denominadas de continuidad de estudios que ofrecen recursos económicos con la misma finalidad pero más abundantes y con menos condicionantes ante una situación de fallecimiento de un progenitor o de ruina familiar.
Coste y coberturas
¿Quién paga este seguro obligatorio?
La norma que regula el seguro escolar obligatorio establece que el pago de la prima es sufragado a partes iguales por el Estado y el estudiante. El coste es muy bajo, un poco por encima de los dos euros. En el caso de los estudiantes, su parte (1,12 euros) está incluido en el coste de la matrícula.
¿En que circunstancias interviene este seguro? Lo cierto es que está limitado a las actividades que tiene que ver con la actividad del estudiante en actividades organizadas por el centro. En el caso de los accidentes, por ejemplo, quedan excluidos todos los accidentes ajenos a la actividad escolar. En este sentido, la póliza contempla un accidente durante una asamblea, pero solo si ha sido autorizada por el centro.
Los expertos también determinan que este seguro tiene sus limitaciones en cuanto a la disponibilidad económica destinada a indemnizaciones y pago de tratamientos. Esta es la razón por la que muchos centros escolares contratan seguros privados complementarios de accidentes, de salud y de responsabilidad civil, además de pólizas multirriesgo para proteger las propias instalaciones y, en algunos casos, los bienes de los profesores y de los alumnos.
Las asociaciones de padres también son activas en la contratación de seguros, especialmente para ofrecer coberturas a los alumnos que no se incluyen en la póliza obligatoria.
Lugares de riesgo
Juegos y deportes acumulan buena parte de los accidentes
Según UNESPA, la patronal que representa a las compañías de seguros, estas coberturas permiten hacer frente accidentes que normalmente se producen en la zona de juegos o durante la práctica deportiva y que a menudo precisa de tratamientos de odontología y sesiones de recuperación que tienen un coste elevado y que se alargan en el tiempo. El seguro escolar obligatorio está limitado a un año desde la fecha del accidente. A pesar de sus limitaciones, desde la patronal del seguro se considera que esta póliza obligatoria es “un motivo de orgullo como sociedad”.
La contratación de estos seguros adicionales ofrece a los centros una tranquilidad adicional ante cualquier accidente que pueda producirse dentro de sus instalaciones. Tanto en lo que se refieres a la cobertura sanitaria como a la responsabilidad legal que se deriva para la dirección.
Las compañías revelan que en muchas de las pólizas de responsabilidad civil para centros escolares se incluye la cobertura relacionada con el bullying, un fenómeno que lamentablemente está a la orden del día. En estos casos, se ofrece asistencia legal y también apoyo psicológico a todos los implicados, además de hacer frente al pago de posibles indemnizaciones.
Otras garantías
El transporte escolar, un caso especial
El seguro obligatorio cubre los desplazamientos que se realizan en los transportes escolares, sea para asistir a clases o a otras actividades organizadas por los centros. No obstante, este es un tema controvertido. Lo habitual es que las compañías proveedores del servicio contraten pólizas que eleven a ilimitado el techo de las indemnizaciones en caso de accidente.
Alrededor de 630.000 escolares utilizan diariamente el transporte escolar en España. Un servicio que no registra ningún accidente con víctimas mortales desde 2012 y que, sin embargo, encuestas realizadas entre los padres le otorga una percepción de seguridad inferior a la de los trasportes que se realizan en vehículo privado. La covid-19 también ha aumentado la reticencia de los progenitores ante el uso de estos vehículos.