Una de las frases más habituales de los expertos en economía a la hora de referirse al comportamiento de la industria del seguro durante las crisis económicas es la que atribuye a este sector la condición de ser anticíclico. Es decir, que cuando la mayoría de los sectores caen a causa de la situación económica, las empresas del seguro parecen inmunes a lo que sucede a su alrededor. Su comportamiento, según esta teoría, se rige por unos criterios diferentes y ajenos al ciclo que vive la economía en ese periodo. Como contrapartida, en los años de vacas gordas, el seguro crece, pero de una manera más comedida que el resto.

Aunque es cierto, que, buena parte de los efectos para esta industria se observarán a lo largo de 2021. Algunos ramos, como el que se refiere a los seguros de comercios sufrirán por el cierre de negocios y la situación de extrema debilidad en la que se encuentran el tejido comercial del país. Otros, como la salud, en cambio han incrementado sus ventas en el último año.

Lo que es indiscutible es que sector del seguro es uno de los que mejor a capeado la situación durante estos meses marcados por las restricciones y el aislamiento social. La pasada semana la patronal que agrupa a las compañías aseguradoras presentó una nueva edición del informe ‘Estamos Seguros’, en la que se resume lo más destacado de la actividad aseguradora durante el pasado año. Según este documento, el sector asegurador no solo ha mantenido los puestos de trabajo durante 2020 sino que ha sido capaz de aumentarlos, según datos del tercer trimestre del año pasado. Aproximadamente, 160.000 profesionales trabajan directamente en el seguro.

Una tendencia que va a más

Crecimiento del empleo femenino

Una de las tendencias que se vienen detectando en el sector asegurador es una mayor promoción de mujeres a puestos de alta responsabilidad dentro de las compañías aseguradoras y las empresas de mediación. De hecho, las mujeres son mayoría en la industria del seguro desde hace años. Aunque, cuando nos fijamos en lo más altos de las aseguradoras, solo AXA entre las compañías top que operan en el mercado español tiene a una mujer, Olga Sánchez, en lo más alto.

A lo largo del último año, esta tendencia hacia una mayor feminización del sector, tanto a nivel general como en los puestos directivos, ha ido definitivamente a más. Más del 70% de las incorporaciones del último año a lo más altos en diversos departamentos de las compañías fueron mujeres. Según el informe de la patronal aseguradora, el 31% de los miembros de los comités de dirección de las aseguradoras son mujeres. En el conjunto de las plantillas, el 52% son mujeres. Si atendemos solo a las incorporaciones registradas en 2020, el porcentaje es del 57%.

Beneficios sociales y estabilidad

El sector ofrece empleos de calidad

¿Cómo es el empleo que ofrece el seguro? Pues los datos revelan que es estable, con salarios por encima de la media y un buen paquete de beneficios sociales. El informe de la patronal UNESPA asegura que es el octavo sector que más paga por persona en España. El coste salarial por empleado es 3.476 euros por empleado. Según datos de 2019, el 96% de los contratos en el sector eran fijos.

Las condiciones de trabajo son, según el documento Estamos Seguros 2021, el 84% de la plantilla dispone de horario flexible y el 30% de los trabajadores tienen un plan de carrera. Y es que la formación es también otro de los puntos fuertes del sector que destina 558 euros anuales por persona a mejorar su capacitación. Se estima que el 97% de los profesionales del sector recibieron sesiones formativas durante el pasado año.

Por lo que respecta a los beneficios sociales, el informe destaca que la totalidad de las plantillas del sector cuenta con productos de previsión social complementaria y seguros de vida, mientras que el 75% disfruta de un seguro de salud; el 58% tiene a su disposición ayudas para los estudios, y el 53 dispone de descuentos en otros seguros. Aproximadamente la mitad puede acceder a préstamos por encima de lo previsto en el convenio.

Todos estos datos quizás ayuden a entender porqué un sector al que no es habitual llegar por vocación y del que se ha repetido hasta la saciedad, desde dentro y desde fuera, que “no es sexy” tiene, sin embargo, una elevada capacidad de retención.